Gracias a ello los alumnos han podido crear su propia muestra de la mucosa bucal, ver en el microscopio cómo son las células de su boca, el tejido vegetal de una cebolla, los glóbulos rojos de la sangre humana, cómo se mueven los protozoos de un agua estancada, cómo es un parásito...
Además gracias a la colaboración de la madre de Oier, han podido observar un tipo de bacterias beneficiosas para el cuerpo, los lactobacillus. Estos pueden vivir en nuestro intestino y ayudarnos a digerir la lactosa de la leche animal.
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